¿Qué hace que los
espacios luzcan sofisticados y glamorosos, o simples pero tan atractivos
que se convierten en irresistibles? Esos que salen en las revistas de
diseño de interiores y que dan ganas de copiar. No es que sea tan
difícil y tampoco tan caro, hay que ser audaz, apostar a la imaginación,
y especialmente conocer algunas reglas infalibles para sentirse seguro a
la hora de hacer un cambio. Cinco secretos para poner en práctica y
tener una casa de "revista":
1. Algo nuevo, algo viejo, algo prestado
El
viejo refrán de la abuela aplica también a la casa. En este caso se
trata de aprender a mezclar estilos con soltura. Y esto es una manera de
economizar porque puede que las casas que se ven en las revistas tengan
todas un mismo estilo porque fueron decoradas desde cero y con un
enorme presupuesto, o estén producidas para la nota. La realidad es que
las personas traen consigo una historia, y esta incluye objetos y
muebles con los que también los une un vínculo afectivo. Entonces hay
que animarse a la mezcla,lo antiguo con lo nuevo pueden convivir y
lograr grandes resultados. Esa mesita de luz que estaba en la casa de un
familiar con un cambio de color se puede convertir en la reina del
dormitorio. Hay miles de técnicas fáciles y prácticas para dejar un
mueble antiguo como nuevo. En ocasiones también suma que se note el paso
del tiempo y con sólo remover la pintura (si es que estaba pintado) o
remover el barniz y dejar la madera al natural, se puede conseguir un
efecto vintage renovador y con mucho estilo.
Para probar: Una
mecedora antigua, fotos propias, de familiares y amigos (actuales y de
época), recuerdos de viajes como artesanías y textiles, cámaras de fotos
antiguas exhibidas en muebles modernos.
Comedor en un galpón antiguo reciclado, con objetos antiguos y reutilizados, proyecto y ambientación,
Ramiro Gallardo y
Max Zolkwer.
2. Armar rincones ambientados
Agrupar,
de eso se trata. Con estos objetos se puede crear un rincón soñado,
hacia donde se dirija la vista cada vez que estamos en ese lugar. Puede
haber otros, como una biblioteca con libros y piezas de diseño o una
mesa para comer antigua con sillas ultramodernas y de colores. Se trata
de encontrar el foco hacia donde queremos que se dirijan las miradas.
Para
probar: armar un rincón en el estar con una mesa de madera comprada en
un mercado de pulgas, una lámpara de última tecnología, una planta para
interiores y una serie de cuadros de distintos tamaños. También se puede
trabajar sobre el espacio de la chimenea con unos cuadros o fotos, o
armar una serie de sillones vintage con una mesa baja y cómoda para
sentarse y compartir con amigos.
Departamento en Parque Chacabuco, Paola Zini.
3. Poco, pero bueno
No
hay que tenerle miedo al espacio vacío. Nada peor que sobrecargar un
ambiente con miles de cosas que no tienen relación entre sí. Hay que
poder contar "una historia", que todo encaje y tenga una razón para
estar en ese lugar. Entonces, llega el momento de guardar en una caja
esos souvenirs de las fiestas de 15 o casamientos que alguna vez
quedaron en un estante, o la caracola, recuerdo de las vacaciones. Mejor
priorizar la estética y la calidad y ver que vale la pena y que no.
Para
probar: Invertir en una o dos piezas de diseño, por ejemplo un buen
sillón de lectura estilo escandinavo (muy de moda, ahora), una lámpara
años 60, o una pieza de arte. Hay cuadros de artistas nacionales que
pueden conseguirse en la ferias a un precio razonable. Los buenos
libros, también decoran. Se pueden poner en la bibliotecas o sobre las
mesas bajas, no hay que esconderlos.
Estar y comedor, Jorge Muradas (Foto: Daniela Mac Adden).
4. Un objeto o mueble de autor:
Todo
no puede tener firma, pero un detalle marca la diferencia. Invertir en
objetos y muebles de diseño de autor es como invertir en arte. Se paga
una vez y es para toda la vida. Los clásicos del diseño son universales y
quedan bien con todos los estilos. Son elegantes, armónicos y no hay
forma de equivocarse cuando se opta por equipar la casa con uno, o
varios de estos diseños.
Para probar: El sillón
Barcelona, de Mies van der Rohe, el sillón BKF de
Kurchan-Ferrari-Hardoy,entre las sillas: las Jacobsen,las Wishbone, las
Tulip, o la Poltrona de Le Corbusier, para leer y descansar, son solo
alguno de estos muebles que jerarquizan cualquier ambiente.
Espacio de estar dentro de un dormitorio con sillones de alto diseño, Alfred Fellinger.
5. Las texturas
Las
texturas se desprenden de los materiales. Maderas, telas, alfombras, y
los naturales como el yute y el lino se sienten al tacto y se perciben
en el cuerpo. Así se consigue algo más que buen diseño, se logra
optimizar las sensaciones y liberar los sentidos.
Para
probar: Maderas duras como el lapacho, quebracho y viraró, alfombras de
totora y las de lanas estilo artesanal. almohadones con diferentes
telas (buscar telas texturizadas, lanas, tejidos y lentejuelas)
combinadas, y el tapizado de los sillones en lino, son las últimas
tendencias.
Detalle de maderas sobre fondo blanco, Interiores B.AP.
6. El blanco, siempre suma
Uno
nunca se cansa de este color. Paredes, muebles y hasta pisos, cambian
cuando se los pinta de blanco que viene asociado de la luz, la alegría,
la armonía y la paz. Con una mínima pizca de negro y ocre se le puede
bajar un poco la intensidad para que no refleje demasiado si hay mucho
sol.
Para probar: Combinarlo con detalles de color,
sillas pintadas con colores fuertes, y objetos llamativos. La otra
opción imbatible es el blanco, visón y negro, para los más sofisticados.
Estar en blanco y madera, Interiores B.AP.Fuente:http://www.clarin.com
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