Hasta no hace mucho, sólo había un tipo de cocina y
muchas marcas. Hoy, esa proporción es casi inversa de tantos tipos,
modelos y formatos distintos que hay en el mercado: conocelas a fondo a
cada una de ellas.
Cocinas según tipo de suministro
Hay cocinas a gas y cocinas eléctricas; y la elección dependerá del tipo
de instalación con la que cuentes. Y en caso de tener ambas, la
elección podrás hacerla por costos, ahorro energético, diseño o bien
eligiendo el suministro que menos falle y/o sea el opuesto al del otro
gran componente de una casa, el sistema de calefacción del agua, para
tener siempre uno a salvo.
Dos tipos, cuatro opciones:
A Gas: o multigas, son las que se conectan a la red de suministro de gas natural o en garrafa; y dan llama o fuego directo.
Eléctricas de placas o de resistencias arrolladas:son
las más antiguas dentro de las eléctricas y son las que tienen por
hornallas unos discos de color negro que son las resistencias.
Eléctricas vitrocerámicas:son las cocinas con placas de
vidrio resistentes al calor que tienen dibujadas las hornallas y
empotradas por debajo las resistencias eléctricas que calientan todo el
vidrio.
Eléctricas de inducción: en este caso, las placas de
vidrio generan calor mediante un campo electromagnético y sólo calientan
las bases de los recipientes apoyados encima, y no por simple contacto.
Una por una, pros y contras
A Gas: dan llama directa; los artefactos son más
económicos a la hora de comprarlos; comparando costos, el gas es más
económico que la luz; necesitan menos cantidad de energía para dar calor
rápidamente; ecológicamente hablando producen menos emisiones tóxicas
que sus pares eléctricas; y admiten todo tipo de recipientes (por algo
se las sigue usando en las cocinas profesionales y restaurantes). Contras:
su calor no se controla fácilmente; solo pueden ser instaladas donde se
encuentre el pico de gas; deben tener un excelente sistema de
ventilación para evitar gases tóxicos y escapes; hay que revisarlas
periódicamente para mantener los picos de gas destapados; al generar
fuego son de mayor riesgo; y son engorrosas para limpiar.
Eléctricas:es común que vengan
separadas en anafe y horno empotrado, que visualmente hacen más largas
las mesadas y más cómodo el acceso al horno (aunque también existen las
cocinas eléctricas standard, de 2 o 4 hornallas, con horno incorporado).
Se las puede instalar en cualquier casa; dentro de los ambientes pueden
ser ubicadas en cualquier sitio porque sólo necesitan un enchufe; y el
calor que generan se controla con precisión. Contras: son más caras que sus pares a gas y el costo de la electricidad es más elevado.
Eléctricas vitrocerámicas:admiten cualquier tipo de
recipientes; permiten aprovechar el calor residual una vez apagadas las
hornallas; y se las limpia más fácilmente que las de gas. Contras: necesitan más cuidados que las de inducción y consumen más energía porque tardan más en calentar.
Eléctricas de inducción: son las más rápidas de todas
en generar calor (lo hacen casi instantáneamente y gastan menos que las
vitrocerámicas, aunque mucho más que las de gas); el control de la
temperatura es exacto; como su placa de vidrio no se calienta en su
totalidad (tecnología fría) son las más seguras para los niños y las más
fáciles de limpiar porque las salpicaduras o derrames de comida no
quedan pegados. Son las que más prestaciones tecnológicas ofrecen:
programas de cocción, visores digitales, temporizadores, etc. Contras: sólo admiten recipientes de cierto tipo de material, los utensillos ferromagnéticos.
Eléctricas de placas: son económicas, vienen en el
mismo formato que las cocinas a gas y son las únicas de pie de dos
hornallas; pero consumen mucho, son lentas y las más engorrosas de
limpiar.
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